Huella de carbono: ¡redúcela haciendo un buen proceso de embalaje!
Todos dejamos una huella de carbono en nuestro paso por la tierra. A lo largo de nuestro ciclo de vida consumimos recursos, lo que genera un impacto en el medio ambiente en forma de emisiones contaminantes a la atmósfera. Sin embargo, hay diversas maneras de disminuir esa huella, por ejemplo, con el embalaje. ¿Cómo? ¡Sigue leyendo y te contamos!
Huella de carbono: ¿Qué es?
La huella de carbono no es más que el rastro de gases de efecto invernadero que dejan las actividades humanas. O sea, se refiere al impacto ambiental que se produce como consecuencia de la generación de dichas sustancias contaminantes (AEC, s.f.).
Conocer esa huella –expresada en toneladas emitidas de dióxido de carbono– es de suma importancia para tomar medidas y poner en marcha las iniciativas necesarias con el objetivo de reducirla al máximo.
Calcularla te permitirá conocer en qué fase del proceso de producción se emiten más gases de efecto invernadero. Es significativo mencionar que darte cuenta del problema no servirá de nada si no se toman las medidas para solucionarlo. Lo importante será encontrar caminos que contribuyan a disminuir la emisión de estos gases. Esto ayudará a optimizar y ahorrar recursos esenciales como la energía y las materias primas.
Definitivamente, las acciones cotidianas en casa o en la empresa van dejando una huella que sobrecalienta el planeta. Precisamente, este rastro es una de las causas del cambio climático, ante lo cual urge actuar si no queremos un mundo improbable para la vida a la vuelta de la esquina (Frohmann y Olmos, 2013).
¿Qué hacer para reducir esa huella a lo largo de la cadena logística de los productos?
Los productos y servicios emiten gases de efecto invernadero antes, durante y después de su vida útil. Por esa razón, la contaminación está desde la obtención de materias primas, el procesado, el modelo de producción y la distribución hasta la etapa de uso y su transformación en un residuo que se reutilizará, reciclará o desechará en un vertedero o relleno sanitario.
No obstante, siempre es posible reducir la huella de carbono. ¡Sólo debes proponértelo como meta en tu negocio! Estas tres acciones son fundamentales y te ayudarán mucho:
Apuesta por la eficiencia energética. Para ello, potencia la instalación de energía baja en carbono. Por ejemplo, incentiva el empleo de energías renovables, utiliza bombillas de bajo consumo o ajusta el termóstato de los sistemas de climatización. En fin, opta por recursos renovables que te posibiliten ahorrar energía.
Reduce el uso de combustibles y fomenta los vehículos ecológicos en la transportación de los productos.
Disminuye el volumen de residuos.
Reduce la huella de tu negocio a través del embalaje
Aquí te preguntarás qué puede hacer tu empresa… de seguro, mucho. Pon en práctica estos consejos y apreciarás los resultados:
Ajusta el tamaño del embalaje. Prefiere embalajes más flexibles y ligeros, cajas a medida, bolsas y sobres como alternativa.
Elige la opción más sostenible. En este caso, el papel y el cartón son excelentes alternativas. Recuerda que usar material biodegradable conlleva hacer un bien al entorno.
Ten en cuenta el ecodiseño y la funcionalidad. En estos dos aspectos conviene siempre considerar los criterios ambientales pertinentes para contar con mayores posibilidades de sostenibilidad.
Opta por un procedimiento optimizado en el embalaje. De esa forma priorizarás que haya el menor desperdicio posible.
Tramita una acreditación de compromiso con el medio ambiente. Entidades verificadoras de la calidad pueden ayudarte auditando tus procesos y validando tu responsabilidad medioambiental.
En conclusión, estas cinco sugerencias deberán traducirse en tu empresa en una apuesta decidida por reducir la emisión de gases de efecto invernadero y por alargar el ciclo de vida útil de los productos. ¡No olvides que gracias al embalaje también se logra reducir la huella de carbono!
¿Por qué es importante, a nivel de costos, disminuir la huella de carbono?
Sabiendo lo que es el desarrollo sostenible y cómo contribuir al mismo desde tu negocio, puedes reducir la huella de carbono. Además de los beneficios para el medio ambiente y la sociedad, trabajar bajo criterios de sustentabilidad, también te traerá buenos resultados en lo económico.
Estos son sólo algunos de esos beneficios:
A través de la transformación en las operaciones de la empresa y la administración de sus recursos, mejorarás la imagen frente a tus clientes e inversionistas.
Será como una puerta abierta a nuevos mercados que apuesten por cumplir las regulaciones enmarcadas en el campo ambiental.
Implicará menos gasto por concepto de energía y transporte.
Se trabajará con indicadores de eco eficiencia.
Habrá una mayor cantidad de consumidores interesados por productos sustentables.
Se generará valor agregado a través de los productos y servicios que ofreces.
Como habrás notado, disminuir la huella de carbono no es una meta imposible. En el proceso de embalaje, por ejemplo, tendrás la oportunidad de poner en práctica los consejos que aquí te hemos brindado y así dar tu aporte al medio ambiente. ¡En tus manos está reducir un poco más cada día la marca de contaminación que dejamos en el planeta!
Referencias bibliográficas:
AEC. (s.f.). Huella de carbono. https://www.aec.es/web/guest/centro-conocimiento/huella-de-carbono
Frohmann, A y Olmos, X. (Diciembre de 2013). Huella de carbono, exportaciones y estrategias empresariales frente al cambio climático. https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/4101/S2013998rev1.pdf